El uso de la tecnología es un derecho humano
- Guadalupe Rodríguez
- 17 abr 2023
- 4 Min. de lectura
Por Guadalupe Rodríguez Cobos
La emoción de haber llegado al futuro y desarrollar una serie de elementos que pueden mejorar la vida humana se ve disminuida al darnos cuenta que no todas las materias de la humanidad caminan al mismo paso y se ven rebasadas por la tecnología sin ningún control y que ya se empiezan los algoritmos a decidir en nuestra vida.
El desarrollo e implementación de la tecnología en nuestra vida diaria ha dado un vuelco a las formas en que convivimos y que percibimos el entorno, el cual se ha ampliado mucho más allá de nuestras fronteras, ya podemos “saber” qué pasa en los lugares más lejanos del mundo…Sin embargo, esta situación ha retrasado la convivencia humana.

He de decir que soy una admiradora de la tecnología y del mundo de posibilidades que ofrece, pero desde mi perspectiva encuentro que nos ha acercado a los lejanos y nos ha alejado de los cercanos.
Ponemos en duda nuestra parte humanista, nuestra consolidación como humanos cuando principalmente queremos convivir con un dispositivo sin ningún cuestionamiento o interacción real a lo que estoy viendo o escuchando.
Para la realización de este texto consulté varios artículos, pero en especial cuatro me dejan grandes inquietudes del futuro de la humanidad:
“De la tiranía algorítmica al mercado de ADN, y de la cultura deepfake a la resurrección virtual: cómo debemos redefinir los derechos para el futuro”,escrito por Clarisa Herrera y publicado en La Nación en 2019.
“Hay tecnología diseñada para vigilar y castigar a los más pobres”. Entrevista a Christian Van Veen, asesor de tecnología y derechos humanos, escrita por Sara Selva en 2019 y publicada en SER Programas y Podcast.
“¿Tendremos que renunciar para siempre a nuestra privacidad?”, escrito por Sergio García en 2020 y publicado en La Verdad.
“La protección de datos durante la crisis del coronavirus” escrito por José Luis Piñar Mañas en Abogacía Española en 2020.
¿Hacia dónde vamos?
También incrementa mi temor de que si lo que hoy estamos enseñando a nuestros hijos será lo mejor para ellos ante un futuro muy incierto desde nuestro entendimiento. Y hago referencia a un ejemplo, hace sólo unos meses nadie (por generalizar) dudaba que era muy necesario que los niños y jóvenes aprendieran a desarrollar software y hoy ya se vislumbra como una de las posibles carreras que podrá sustituir la Inteligencia Artificial, ya que puede realizar más del 50% de la actividad, ¡uff!

Al dedicarme al ramo de la tecnología percibo que las personas piensan que la tecnología es mágica que no requiere ningún esfuerzo y de manera espontánea resolverá cualquier problema o dificultad que se te presente. Se olvidan que la tecnología es alimentada, fomentada y acrecentada por el hombre, todavía las máquinas no nos sustituyen, aunque muchos piensan que pronto, muy pronto será así.
Habría muchos temas que abordar, pero uno relevante es el de los derechos humanos ante los retos del uso de la tecnología.
Existe ya el DERECHO DE ACCESO Y USO DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN (párrafo tercero del artículo 6º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos), pero no se ha contemplado la capacitación en el uso de la tecnología, y lo vemos con muchos candidatos políticos que alardean de que entregaron tablets a una gran cantidad de personas, que tendrán acceso gratuito al internet, porque todos tenemos derecho a estar conectados, cuando en realidad es como entregar un arma sin enseñarles a usarlas.
Las tablets y el acceso al internet por sí mismos no representan avance, ni la garantía de un derecho. Al contrario podría ser armas letales que los frustren que les den expectativas de vida que no tienen que ver con su entorno…
En ningún momento quiero decir que este derecho no sea importante, más bien mi propuesta es que ni el software, ni el hardware, ni la conexión por sí solas pueden representar la garantía de este derecho que bien aplicado puede proporcionarle a las personas un mundo de posibilidades de desarrollo y conocimiento, entre otras cosas.
Mientras no existe un planteamiento integral de los derechos humanos nos enfrentaremos a que unos se sobrepongan a otros…y generalmente los más desprotegidos se verán siempre en desventaja en hacerles válidos sus derechos; unos, otros o todos.
La privacidad y el acceso a la información son derechos que han existido por muchos años, por los cuales se ha luchado desde diferentes frentes y hoy que la humanidad se siente orgullosa de los avances tecnológicos y biotecnológicos que ha tenido tenemos que enfrentarlos muchas veces porque en ocasiones no van por el mismo camino del respeto.

¿No será que ante la tecnología hemos dejado de ver al ser humanos y nos hemos enfocado en las máquinas pensando que éstas nos solucionarán la vida y no necesitaremos más a las personas…? Creo que la pandemia debería habernos hecho reflexionar más y darnos cuenta que todavía las máquinas no lograron suplir la relación humana, todos querían salir a convivir, a saludar en persona, las máquinas no han logrado todavía sustituir a la gente.
Considero que el camino es largo para lograr que la tecnología camine de la mano del derecho y garantice la aplicación de los derechos humanos en igualdad de condiciones, lo cual también representa una gran oportunidad para dejar nuestro granito de arena.
Mi conclusión es que el uso de la tecnología, en cualquier ámbito: social, escolar, industrial, financiero, entre otras; tendría que estar enfocado a una nueva propuesta cultural que permita el aprovechamiento de los dispositivos, máquinas y programas computacionales en beneficio de la humanidad, y para lograrlo lo primero que debemos transformar es nuestra cultura del uso de la tecnología y el fin de la misma.
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