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Mi yo virtual es más real

  • Foto del escritor: Guadalupe Rodríguez
    Guadalupe Rodríguez
  • 22 ago 2023
  • 2 Min. de lectura

Por Guadalupe Rodríguez Cobos



La línea entre lo real y lo virtual se vuelve cada vez más delgada, en ocasiones no le entiendo a los jóvenes si hablan de su vida “vida” o de su vida en algún video juego ¿Ellos distinguirán sus logros?


Distinguirán su efigie humana de la virtual, he visto pequeñas de 2 años que le ponen adornos a sus fotos de conejitas o gatitas ¿tendrán claro en su cerebro que aún no tienen dientes?


Es más, yo misma prefiero en muchas ocasiones interactuar con una computadora que con las personas.


Las personas últimamente somos soberbias porque vimos un video en YouTube que nos explicaba la alimentación sana, entonces ya sabemos todo sobre el tema y no podemos intercambiar ideas, sólo imponer. El chic@ del YouTube lo dijo y eso lo hace verdadero. Y ni qué hablar de política o temas más escabrosos.


Se ha vuelto más sencillo abrir las redes y escuchar a todas esas personas que piensan “exactamente” igual que yo, que dicen lo que quiero oír. Para que desgastarnos en un intercambio de ideas que busque un avance en el mundo en el que vivimos. Se prefiere conservar el status quo que ya está desgastado, antes de hacer algo real por el otro y no sólo darle like.

Las habilidades sociales, sólo se han vuelto una serie de emoticones que son quienes copian las emociones humanas, convirtiéndonos en un juguete de los grandes intereses económicos y tecnológicos.

Discutimos lo que los mass media nos ponen en la agenda, estamos siempre a favor de toooooodos los que están de acuerdo con nosotros, los otros no existen, gracias al control de las grandes empresas tecno, quienes nos conocen mejor que nosotros mismos.


Cabe aclarar que me encanta mi interacción con las computadoras, me gusta escribir con emoticones y me admira la tecnología de la vida virtual de los videojuegos (aunque todavía no juego con regularidad) pero no pierdo el entorno real, aunque sí veo que muchos vamos perdiendo esa familiaridad con el otro, con el que físicamente está a mi lado. Y me pregunto ¿qué somos avatar o personas?

Vivimos en una gran pecera donde cualquiera puede saber todo de mí con sólo querer, ellos tienen tanta información que me aterra lo que quieran hacer con nosotros…y mientras: todos nos creemos auténticos, independientes y libres…


 
 
 

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